Y llegó el último mes del año. ¿No tienes la sensación de que el tiempo va acelerado? Parece que los días no alcanzan para terminar todo lo que tenemos o queremos hacer. Aparece una sensación de apremio y ansiedad, sin embargo, dejarnos abrumar no es una opción. Si quieres terminar con buen pie, te propongo completar estas tres tareas de fin de año.
Creo que todos compartimos un mismo recuerdo de nuestra infancia: la expectativa por los regalos, los juegos y la celebración en familia. Pero ahora que ya crecimos también ha cambiado también nuestro foco de interés y siendo emprendedoras, es probable que nuestra atención se centre en nuestro negocio, lo que es bueno si sabemos canalizar esta expectativa para que nos sirva de accionante y no como una causa de malestar y ansiedad.
Yo soy partidaria de la simplicidad. En la actualidad estamos expuestas a tanta información y tenemos tantas opciones disponibles que más que nunca es necesario hacer una pausa, definir las metas y trazar un plan de acción. Por eso te traigo esta propuesta sencilla pero efectiva: tres tareas para completar antes de fin de año para cerrar con éxito
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Tres tareas de fin de año para emprendedoras
En la sencillez de esta propuesta hay una trampa, al priorizar 3 tareas sobre el resto eliminamos las excusas. Se trata de sacarle el jugo a los días restantes del año en lugar de querer abarcar todo lo que nos propusimos y que tal vez, no logramos. Completando estas tres tareas de fin de año podemos encontrar un punto de reconciliación entre el estrés de querer hacer muchas cosas y el dejar abandonado nuestros proyectos. A mí el tres me parece un buen número y ¿a ti?
Aquí está mi propuesta, tres tareas sencillas pero poderosas para terminar como verdaderas campeonas este año.
Realiza una honesta autoevaluación
En mi país hay una expresión: “a calzón quitao”, significa hacer o decir algo sin tapujos, ni adornos, ni poses. Te propongo como primera tarea que realicemos una autoevaluación honesta que nos ayude a determinar:
- Dónde estamos: en qué punto de la meta nos encontramos
- Inventario: con cuáles recursos contamos
- En qué áreas necesitamos implementar cambios y a cuáles debes darle continuidad
- Replantea y actualiza tus objetivos.
Hacer esta auditoría te arrojará luces sobre dónde estás y cuánto te falta para llegar a dónde quieres. Te ayudará a encontrar la motivación y a aclarar el panorama que muchas veces se nos apaga el GPS y perdemos el foco en la meta.
¿Cómo hacemos esta autoevaluación? Te propongo responder con honestidad estas preguntas
- ¿Cuáles estrategias funcionan?
- ¿Qué ya no te funciona?
- ¿Qué más deseas lograr? O ¿Cuál es el siguiente nivel?
Enfócate en conseguir respuestas lo más específicas que puedas. Descubrirás que es sumamente liberador. Este ejercicio o tarea de fin de año te servirá de apoyo al momento de realizar el balance de fin de año y además resulta un poderoso que seguramente servirá de impulso para completar los objetivos de fin de año.
Define un objetivo principal que alcanzar
Me gusta elegir una palabra (sí, solo una) cómo hilo conductor de los propósitos de año nuevo. Escojo esa palabra en diciembre y a partir de ella defino todo el plan de acción del año siguiente.
¿Por qué solo una palabra?
Antes te dije que la simplicidad me resulta más productiva. Eso de que menos es más, por lo menos en este punto, a mí me funciona. Elige una palabra que represente tus objetivos. Por ejemplo, mi palabra poderosa de este año fue organización. El propósito de este año fue organizar mi negocio, sistematizando procesos (los que se pueden por supuesto) y planificando las tareas. Y esta palabra se convirtió en la guía al momento de crear las estrategias.
¿Te parece que la idea de utilizar una sola palabra poderosa no va contigo? Puedes entonces determinar un gran objetivo que quieras alcanzar. Lo importante es establecer metas porque el hacerlo marca la diferencia entre tener éxito o no. Te sugiero también trabajar tu objetivo en tareas trimestrales, así cada 90 días puedes hacer revisión y ajustes si es necesario. Es mucho lo que puede hacerse en tres meses.
Pero no seas tan dura contigo. Planifica, trabaja y deja fluir. Si por cualquier motivo los tiempos se alteran, no te preocupes, recalcula y sigue.
Revisa y reprograma tus hábitos
Al final del día, somos el resultado de nuestros hábitos. Si no son tan satisfactorios como queremos, deberíamos empezar por revisar qué y cómo hacemos a diario.
El peligro que encierran nuestros hábitos es que terminan tan arraigados en nuestra vida que casi son imperceptibles, pero el impacto que tienen en los resultados es impresionante.
Hacer una revisión detallada de los hábitos diarios nos ayudará a detectar el origen de las fallas o las razones por las que todavía no llegan los resultados. Esta acción es mucho más efectiva que hacer resoluciones de año nuevo que muchas veces son producto de la emoción pero sin estrategia termina siendo solo deseos.
Identifica tus hábitos diarios, desde tender la cama hasta las comidas, la hora en las que trabajas o la ropa que usas para ello. Luego analiza y determina cuáles de ellos te ayudan a llegar a tu meta y cuales pueden estar obstaculizando la carrera.
Te recomiendo que busques literatura sobre los hábitos que te ayuden o comiences a seguir algún referente en el tema. También puedes ayudarte, si sientes que lo necesitas, con un mentor que te acompañe.
Formar hábitos no es sencillo pero es sumamente importante. Desaprender los que no son de beneficios y aprender otros que nos encaminen al éxito es una tarea de hormiguita: laboriosa y diaria, pero importante.
Son tres tareas en las que debemos poner el foco antes que finalice este año para terminar con buen pie y comenzar el próximo con organización y enfoque. Se trata de revisar nuestra situación actual, los recursos que tenemos y cuáles nos falta, definir el próximo paso, hasta donde queremos escalar nuestro negocio y trabajar los hábitos diarios.
Estoy segura que los resultados llegarán si trabajamos con enfoque.
Y como siempre, tú y yo nos vemos en Pinterest